Ganar la final de Copa Davis en el grupo II es un regalo que Víctor Estrella se merece dar
Hablar de una final de copa Davis es una satisfacción de orgullo y respeto para cualquier país, los frustrados equipos por países dejados atrás por nuestros pupilos quisieran estar con las raquetas de nuestros chicos, y es que la copa Davis es un evento lleno de estas emociones, tienes sobre tu cuerpo el peso de millones de habitantes donde debe darlo todo y dejar el pellejo si quieres poner a ondear la bandera que para cada país en particular es lo máximo, teniendo el compromiso de enarbolarla lo más alto y ese detalle de nacionalidad y patriotismo hace que muchas veces se desborden las pasiones llegando en muchos casos a caer en lo irracional.
En el caso nuestro este evento nos llena de orgullo, hemos derrotado en una semifinal a un país como el Paraguay que tiene más de 70 años en esta contienda, y que se ha dado el lujo de competir en el exclusivo grupo mundial en varias ocasiones.
Hoy, a nuestra estrella Víctor Estrella le ha llegado una oportunidad para su vida, sería la primera vez que de ganar esta esperada final, nuestro país pisaría el grupo 1 de las Américas, de ser así, yo doy loor y veneración a ese personaje que ha logrado ya cosas pocos comunes en el tenis de campo mundial.
Este valiente muchacho, donde la vida útil de un tenista es corta, todavía a los 22 años no sonaba para nada, y no porque no pudiera, sino porque la miopía dirigencial no creyó que este diamante en bruto, junto a nuestro Johnson García otro talentoso, pudieran llegar.
Estos, para entonces novicios, cansados de coger pelas tirando pelotas en el patio dominicano, cuando terminaron el juvenil, buscaban los pesitos en los clubes para poder sobrevivir., pero como dice bien un dicho: “Dios aprieta pero no ahorca” así que decide por motivación de compañeros en el exterior, “buscársela” como decimos en buen Dominicano, en torneo de poca monta en los EE.UU. donde pudieron reunir algunos dólares y conseguir además esas experiencias y fogueos que le han valido para madurar su juego.
Esto lo traigo a colación porque siempre me he preguntado, ¿Hasta dónde hubiera llegado este esforzado atleta si la visión de quienes lo monitoreaban como federaciones de turno hubiese hecho lo correcto?
No olvidaré, como personeros me querían crucificar cuando en una entrevista que ofrecí al Listín Diario había opinado que debía haber un cambio radical en el equipo copa Davis integrando al equipo a Johnson, Víctor y demás talentosos jugadores de la época y no continuar con el “VEN TÚ” con desgastados jugadores que residían en los estados unidos de los cuales a veces sabíamos poco con respecto a su preparación, y a la sazón obteníamos lo mismos resultados negativos.
Hoy, la historia es otra…Víctor, nuestro Víctor Estrella ha cumplido, desafiando la edad, la estatura poco común, la ignavia de la cual estaba preñado el círculo que lo vio crecer, y ha dicho con sus resultados a nuestros juniors: Si el corazón es grande y eres capaz de anidar allí la dedicación, el esfuerzo y el orgullo nacional puedes triunfar.
…….Enhorabuena Víctor, tu actuación será un parámetro para nuestros atletas juveniles en esta tierra de Duarte, así como has llegado con tantos obstáculos a ser de los mejores 250 del mundo, ellos creerán en si mismo y tendrán confianza de poder superar a través de tu ejemplo, ser de los mejores 100 del mundo.
Por: Pablo Hernández Cuello
En el caso nuestro este evento nos llena de orgullo, hemos derrotado en una semifinal a un país como el Paraguay que tiene más de 70 años en esta contienda, y que se ha dado el lujo de competir en el exclusivo grupo mundial en varias ocasiones.
Hoy, a nuestra estrella Víctor Estrella le ha llegado una oportunidad para su vida, sería la primera vez que de ganar esta esperada final, nuestro país pisaría el grupo 1 de las Américas, de ser así, yo doy loor y veneración a ese personaje que ha logrado ya cosas pocos comunes en el tenis de campo mundial.
Este valiente muchacho, donde la vida útil de un tenista es corta, todavía a los 22 años no sonaba para nada, y no porque no pudiera, sino porque la miopía dirigencial no creyó que este diamante en bruto, junto a nuestro Johnson García otro talentoso, pudieran llegar.
Estos, para entonces novicios, cansados de coger pelas tirando pelotas en el patio dominicano, cuando terminaron el juvenil, buscaban los pesitos en los clubes para poder sobrevivir., pero como dice bien un dicho: “Dios aprieta pero no ahorca” así que decide por motivación de compañeros en el exterior, “buscársela” como decimos en buen Dominicano, en torneo de poca monta en los EE.UU. donde pudieron reunir algunos dólares y conseguir además esas experiencias y fogueos que le han valido para madurar su juego.
Esto lo traigo a colación porque siempre me he preguntado, ¿Hasta dónde hubiera llegado este esforzado atleta si la visión de quienes lo monitoreaban como federaciones de turno hubiese hecho lo correcto?
No olvidaré, como personeros me querían crucificar cuando en una entrevista que ofrecí al Listín Diario había opinado que debía haber un cambio radical en el equipo copa Davis integrando al equipo a Johnson, Víctor y demás talentosos jugadores de la época y no continuar con el “VEN TÚ” con desgastados jugadores que residían en los estados unidos de los cuales a veces sabíamos poco con respecto a su preparación, y a la sazón obteníamos lo mismos resultados negativos.
Hoy, la historia es otra…Víctor, nuestro Víctor Estrella ha cumplido, desafiando la edad, la estatura poco común, la ignavia de la cual estaba preñado el círculo que lo vio crecer, y ha dicho con sus resultados a nuestros juniors: Si el corazón es grande y eres capaz de anidar allí la dedicación, el esfuerzo y el orgullo nacional puedes triunfar.
…….Enhorabuena Víctor, tu actuación será un parámetro para nuestros atletas juveniles en esta tierra de Duarte, así como has llegado con tantos obstáculos a ser de los mejores 250 del mundo, ellos creerán en si mismo y tendrán confianza de poder superar a través de tu ejemplo, ser de los mejores 100 del mundo.
Por: Pablo Hernández Cuello
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